Introducción: John Wesley, uno de los fundadores del movimiento Metodista, solía para pedir a personas que participaban del movimiento Metodista y a quienes dijo cristianos si tenían fe. Si me contestaban él preguntaba si tenía la gracia que viene como el fruto de la fe. Si contestaban él preguntaba si tenían los frutos consecuentes de la gracia.
La gracia de Dios nos concede su Espíritu Santo, que nos hace nuevas criaturas, agradables a Dios; nos otorga los dones y unción para hacer la obra de Dios; nos enseñan los caminos de Dios y permite que le obedecen. Sólo a través del Espíritu Santo podemos ganarle a nuestra carne y su inclinación al pecado y la Biblia dice que es la seguridad de nuestra salvación; en otras palabras, sabemos que somos salvos por el hecho de que tenemos el Espíritu Santo y él es el que nos da el poder de ser más que vencedores por medio de Jesucristo.
Necesitamos tener la gracia de Dios. Pablo en Romanos 8 pone de manifiesto que aquellos que no tienen el Espíritu Santo no es de Dios.
1) Debes creer
Muchos dicen que ellos creen, pero es una fe vacía, que no genera frutos dignos de arrepentimiento. La verdadera fe en Dios nos lleva al arrepentimiento y la obediencia, que hace que reciban el Espíritu Santo (hechos 5:32 b). Si no crees en Dios entonces pregúntale a ayudarle. Él les mostrará lo que se necesita para creerlo. ¿Quiere ser libre? Creer en Dios.
2) Necesidad de querer.
Muchos creen en Dios, pero no quieren cambiar su actitud o estilo de vida. Para recibir la gracia que tenemos que estar dispuestos a cambiar, porque nos hace personas diferentes. Queremos ser lo que Dios querían que fuéramos. ¿Quiere ser libre?
3) Tienes que ponerte.
La Biblia enseña que Dios da su Espíritu Santo a los que pidan. Asegúrese de obtener de recibir de Dios el Espíritu Santo.
CONCLUSIÓN: Dios es Espíritu Santo. ¿Quiere ser de Dios? ¿Quiere ser libre? ¿Quieres tener el Espíritu Santo y el consiguiente fruto de esa experiencia? Dios te bendiga! Amen.
Rev. Jesué Francisco da Silva
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