quinta-feira, 6 de novembro de 2014

PALABRA PASTORAL - ES NECESARIO DISPONER DE UN EXPERIEÊNCIA CON DIOS – (Mt. 26:34-35; At. 2: 3-4)






Mis hermanas y mis hermanos me gustaría mucho a meditar con ustedes sobre el tema propuesto por encima. Creo que todos sabemos lo que significa el término, pero no todos profundamente analizados en términos del concepto de experiencia. Sin embargo esto es necesario para que entendamos lo que realmente significa. Vamos a hablar un poco sobre el tema. Vale. Tener experiencia con alguien significa entrar en la vida de alguien, participar, sabiendo que sus sentimientos, sabes lo que le gusta y lo no lo anima y lo hace esa persona. Sabiendo de esto estamos en condiciones de hablar de Dios. Dios es una persona.
Y como tal tiene sentimientos, alegría, tristeza, gustos y disgustos de las cosas y las actitudes de los demás, en este caso, nuestro (humano). Pero pastor, la Biblia no dice eso. Conversaciones. Vamos a ver lo que la Biblia habla muchas veces de agradar al señor. Bueno, como él que también puede ser molesto. Tales sentimientos de estar contento o descontento son sentimientos de un ser que es persona. Y estoy hablando de la persona de Dios. Podría decirse que es persona. Como una persona quiere y puede tener una experiencia con nosotros. Queridos y queridas hermanas y hermanos que él que no tenga una experiencia con Dios sabe no de hecho. Incluso puedes conocerlo en teoría, pero en la práctica no y en profundidad también. Necesito saber en Dios y tener una experiencia personal con él. Por supuesto hay reuniones colectivas y estas reuniones pueden dar Dios todos juntos, la oportunidad de tener una experiencia conjunta. Pero es necesario tener una experiencia personal con Dios. Yo diría que incluso en épocas de una manifestación colectiva del Espíritu Santo muchas personas pueden tener en ese momento una experiencia personal con Dios. Puede tener al mismo tiempo, experiencias difieren entre sí en un lugar y en una pour del Espíritu Santo. Dios es rico y creativo. Pensemos algunas historias de la Biblia por ejemplo, en el centurión Cornelio. Pedro es llamado y convencido por la vista que había llegado a la casa de Cornelio. En llegando a la puerta comienza su fabricación discurso incluidos los cargos a los Gentiles (Cornelius era gentil). Pero cuando Pedro todavía estaba hablando sobre el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oyeron la palabra. Pedro que antes tenía un juicio que la gente ahora, quién puede negar el agua a los que les gusta que como nosotros en principio recibieran el Espíritu Santo? Oía hablar en lenguas y magnificando a Dios. Y mandó bautizarles en el nombre del Señor, y luego se quedaron con ellos algunos días más. Pedro no dudé haciendo discipulado con toda esa gente. Pero antes que nada cuando empezó a oír la predicación de Pedro tenían experiencia con bautismo espiritual. (Hachos, 10:44 - 48). Retrocedamos un poco en el libro de hechos capítulo 19: 1-7. Cuando Pablo impone las manos sobre esos hombres que ya eran creyentes y ardiente vino sobre ellos el Espíritu Santo. Y hablaban en lenguas y profetizaban. Fue una época diferente, pero el Espíritu Santo viene y le da a los hombres esa tremenda experiencia espiritual. En 9:14-25 hachos leemos que los apóstoles oído que Samaria había recibido la palabra de Dios y enviaran a allí Pedro y Juan y allí una vez impuso las manos sobre estos nuevos creyentes y los nuevos conversos recibieron el Espíritu Santo porque ninguno de ellos habían caído todavía, pero sólo habían sido bautizados en nombre del señor. Y recibiendo la colocación en manos de Pedro y Juan recibieron el Espíritu Santo.
Queridos y queridas, hoy queremos ser una iglesia con el discipulado. Queremos y debemos hacer discípulos. Pero necesitamos tener experiencia con el Espíritu Santo y a imponer las manos en las personas que reciben el poder de Dios mediante el Espíritu Santo. Todo sin la experiencia es igual a cero. Que Dios tenga misericordia de nosotros y vierte sobre nosotros la experiencia del espíritu como lo hizo también con John Wesley en 24 de mayo de 1738 en la calle Aldersgate en Londres. Amen.
Reverendo Jesué Francisco da Silva

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