quinta-feira, 20 de novembro de 2014

PALABRA PASTORAL LA IGLESIA DE LOS DONES Y MINISTERIOS. 1 Cor. 12: 1-11; EF. 4: 7-16.

 
Mis hermanas y mis hermanos hoy me gustaría meditar como usted una vez más sobre la capa de la iglesia de la iglesia de Cristo Metodista. Durante muchos años esta iglesia trabaja con comisiones. Hubo comisiones para todo tipo de acción, incluyendo la evangelización. Pero este tipo dio lugar a los dones y ministerios. Los regalos son capacidades que personas reciben del Espíritu Santo para el ejercicio de los ministerios que son servicios. Cómo los servicios son varios así que hay varios tipos de ministerios en la iglesia y para cada Ministerio el derramamiento del Espíritu Santo, dando capacidad sobrenatural para el siervo o la sierva de Dios. La Iglesia vivió muchos años perdido. El personal no entiende muy bien y yo diría que a día de hoy sigo sin entender la dinámica del funcionamiento de una iglesia de los dones y ministerios. Sin embargo una gran parte de la iglesia entiende y practica. Eso fue suficiente para abrirse a aquellos que querían trabajar según sus dones. La iglesia que estaba aletargada y cada día con el tiempo, adscrita al ritualismo y muertos de religiosidad, crecieron detrás y el pueblo Metodista, al menos aquí en Brasil, volvió a ser revivido personas, quienes fueron a buscar el bautismo del Espíritu Santo y vivir según el espíritu. Sin duda esto trajo más avances que hoy tenemos la iglesia en células, grupos pequeños, una iglesia del discipulado.
Mis hermanas y mis hermanos no debemos tener miedos de lo nuevo. Estar siempre abierto a aprender cosas nuevas que trabajan en la iglesia, dando lugar a la conquista de vidas para el Reino de Dios. Así que los estudios y reuniones para sensibilizar de los metodistas. Lo digo porque soy metodista hablando a la Iglesia Metodista. Sin embargo, sé que muchas otras denominaciones están trabajando con los regalos y los ministerios y ahora también con el discipulado.
Nos paga en las manos de Dios, nos descubre nuestro Ministerio haciendo la pelea de Dios crezca. Amén. Reverendo Jesué Francisco da Silva
                                                                                                                                                


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