quinta-feira, 24 de abril de 2014

PALABRA PASTORAL - DIOS ME ESCUCHÓ CUANDO GRITÉ PIDIENDO AYUDA.


Mis hermanos y mis hermanas hoy me gustaría meditar con ustedes acerca de un Dios que nos oye cuando clamamos por ayuda. Vamos a pensar un poco en qué momentos clamamos por ayuda. ¿Cuáles son esos momentos? Obviamente son los momentos cuando estamos en dificultades. Pero pedimos ayuda cuando sabemos que nuestras políticas y formas no nos permite salir de una dificultad. Cuando alguien cae, por ejemplo, en un hoyo muy profundo y no tiene la condición por lo menos hacia fuera. La única manera es gritar y gritar en voz alta la palabra ayuda. Alias, la palabra clamar aquí en texto bíblico significa gritar o llorar. En nuestro idioma es no siempre es así. Por esta razón a menudo no entienden el palabra grito como llamada de socorro. La palabra misma, sino la manera de gritar si puede ser un grito, un grito o un grito de ayuda. Solo para aclarar ese grito y grito o llanto ha el mismo sentido en los Salmos aquí pongo una versión en inglés y la traducción de la forma de clamar. Mira al final del verso: se inclinó a mí y me oyó cuando grité. Es así: pacientemente esperé al señor. Se volvió hacia mí y oyó mi clamor. que traducido es así: pacientemente esperé al señor. Él se inclinó hacia adelante, se volvió hacia mí y oyó mi clamor o llorar a mí. Si a mi hermano y hermana Dios, se inclina en escuchar nuestro clamor, nuestro grito, nuestra petición de ayuda.

No sé cómo estás leyendo esta meditación. Pero si usted está en peligro y es consciente de que nada ni nadie puede ayudarlo clama a Jehová. Grita pidiendo ayuda. Él Inclinará para usted y  oirá su el clamor, el grito, el grito, el grito de ayuda. Jugar, gritar, llorar que Dios escuchará. Amén.

Reverendo Jesué Francisco da Silva.

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